El 19 de septiembre de 2017, a las pocas horas de que ocurriera el sismo que causaría la muerte de 369 personas, además de miles de víctimas damnificadas y desplazadas de las que aún no tenemos los números exactos, reinaba una palpable sensación de incertidumbre. La información era escasa, la Ciudad de México era un caos y cientos de miles de personas se apresuraban a llegar a casa para estar con los suyos, mientras otros tantos acudían a los sitios de derrumbe.
noviembre 15, 2018